10 Dias De Costa Desde Marrakech Recorrido Por La Costa Atlántica
- Salida desde Marrakech.
- Duración: 10 días/9 noches.
ITINERARIO: Marrakech-El Jadida-Laguna litoral de Oualidia-Safi- Acantilados de la costa de Safi y cabo Bedouza- Sidi Kaouki- cabo Sim-cabo Rhir- Taghazout-Immouzer (el Valle del Paraíso)-Agadir- Legzira-Sidi ifni-Mirleft-Tan Tan- Parque Natural de Wadi Chbika-Valle de Amtoudi-Tiznit-Marrakech
- Fin de recorrido: Marrakech.
Es una ruta especialmente pensada para amantes de la naturaleza y el aire libre, del mar, también para hacer en familia, en la que padres y niños disfrutaréis por igual.
El recorrido visitaremos Parques nacionales, abruptos acantilados, preciosos pueblos costeros, bosques seductores, kilómetros de playas vírgenes en las que colgarse del cielo bañados por el sol de la tarde, los parajes del sur, donde desierto y mar unen su destino.
A esta ruta, si es de vuestro interés, podéis adicionar unos días de estancia en el desierto.
DÍA 1.- MARRAKECH-EL JADIDA.
Recogida en el Aeropuerto o en el hotel/riad donde estéis alojados.
El Jadida es la capital de la provincia del mismo nombre. Es una de las ciudades más encantadores de la costa marroquí, por ello, también es una de las ciudades más visitadas por el turismo nacional y extranjero.
La ocupación portuguesa durante más de dos siglos de la ciudad dejó una presencia imborrable. Los portugueses la tomaron en 1502 y permanecieron en ella hasta 1769. Llamaron a la ciudad Mazagán y llegó a ser el centro comercial más importante de Portugal en la costa atlántica africana.
En 1769 la ciudad fue conquistada por el sultán alauita Sidi Mohammed Ben Abdallah III, la ciudad pasa a llamarse El Brija El Jadida (origen del nombre actual) y la ciudad empieza a crecer extramuros.
La ciudadela portuguesa goza de la protección de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. En el bonito paisaje costero destaca la muralla almenada con cinco bastiones, a la que se accede a través de la Rue de Carreira.
Desde lo alto de los bastiones de Ángel y del Espíritu Santo hay una espectacular vista panorámica de la ciudad, de la Puerta del Mar, de la Capilla de la Inquisición y del cementerio judío de la zona de la Mellah. Los bastiones de San Sebastián y San Antonio cuentan con unas maravillosas vistas del océano.
Las más importantes edificaciones del periodo portugués son el recinto fortificado, la Iglesia Manuelina de la Asunción, cercana a la Gran Mezquita de El Jadida (que cuenta con la peculiaridad de poseer el único minarete pentagonal del mundo árabe) y la cisterna portuguesa.
La ciudadela conserva su estructura medieval original y casas de arquitectura portuguesa con columnas cuadradas y balcones de hierro.
Una de las joyas escondidas de la ciudadela es la cisterna, una de las obras maestras de la arquitectura de principios del siglo XVI, un aljibe subterráneo de techo abovedado sujeto por pilastras. Cuando los rayos del sol penetran a través del tragaluz de la bóveda y se reflejan en el agua de su interior el conjunto adquiere una belleza poética difícilmente olvidable. La Cisterna se ubica en la calle Mohammed El-Hachmi Bahbah.
También es interesante visitar la antigua iglesia española de San Antonio de Padua.
Haremos un recorrido por la ciudadela y dispondréis de tiempo libre para disfrutar de la ciudad a vuestro aire.
DIA 2.- EL JADIDA-LAGUNA LITORAL DE OUALIDIA-SAFI.
Tras el desayuno pasaremos a recogeros para ponernos en marcha. En nuestra jornada de hoy visitaremos la Laguna Litoral de Oualidia e iremos a almozar a Safi para pasar el resto del día en esta encantadora ciudad costera.
De camino a Oualidia, en la localidad de Moulay Abdallan nos encontraremos las ruinas de un antiguo monasterio fortificado del siglo XII, El Ribat del Tit, edificado por la tribu bereber de los Zenagas. En sus proximidades se celebra entre finales de julio y agosto uno de los principales moussen del país, el de Moulay Abdallah Amghar, famoso por las carreras de fantasías que emulan las luchas de los guerreros y por la animación nocturna del festival con grupos de danza (que recuerdan el modo en que se amenizaban las veladas a los combatientes) y de música folklórica, la feria de artes culinarias y espectáculos de cetrería.
Oualidia es una ciudad costera situada a unos 60 kms de El Jadida. Es un centro balneario de fama internacional. Debe su nombre a su fundador, el sultán El Ualid, quien construyó en la primera mitad del siglo XVII una Kasbah que tenía como finalidad proteger el puerto natural.
El mayor atractivo de Oualidia es su laguna litoral, bordeada por playas de arena y dunas, donde abunda el pescado y el marisco, zona de paso de las aves migratorias, y un lugar de gran belleza ideal para pasear y practicar deportes
náuticos. En el verano se celebra un famoso festival, el Festival de la Ostra, en el que se realiza un desfile náutico de barcos de pesca amenizado por conciertos de música tradicional. Haremos un recorrido en barca por la Laguna, además de recorrer el entorno.
Es famosa en Oualidia la medicina tradicional a base de productos apícolas.
Después del recorrido panorámico tendréis tiempo libre para disfrutar con tranquilidad del ambiente local, ya que haremos noche en esta localidad.
DÍA 3.- SAFI (ACANTILADOS DE LA COSTA DE SAFI Y CABO BEDUZA)-ESSAOUIRA.
Safi está ubicada en el emplazamiento de un puerto natural de fácil defensa, porque está situada en una amplia bahía rodeada de acantilados, y por ello, cuenta con una extensa historia a sus espaldas.
En sus orígenes factoría fenicia, fueron los portugueses quienes la convirtieron en el siglo XV en una importante escala en la ruta de la costa atlántica africana hacia Guinea, en un principio como un asentamiento comercial, hasta su ocupación oficial en 1508 en nombre del reino de Portugal. Durante los poco más de treinta años que dominan el enclave, los portugueses procedieron a la construcción de un recinto amurallado dotado de unos imponentes baluartes defensivos, así como a la construcción de una catedral gótica.
En 1541 abandonan la ciudad a causa del asedio de los primeros sultanes saadíes. Con los saadíes la importancia de Safi como ciudad portuaria siguió creciendo, convirtiéndose en la salida al mar de la ciudad imperial de Marrakech.
En el siglo XVIII con la construcción de la nueva Essaouira, a la que se desvía la mayor parte de la actividad comercial, Safi entra en un periodo de decadencia, del que no saldría hasta el siglo XX, cuando en tiempos del Protectorado francés se construye el nuevo puerto y se convierte en el puerto sardinero más importante del mundo.
Haremos un recorrido de un par de horas por la zona de la medina, totalmente protegida por la antigua muralla portuguesa, que destaca por el fuerte contraste entre la arquitectura europea y la arquitectura tradicional islámica.
En el interior de la ciudadela destaca un palacio construido en el siglo XVIII como residencia del gobernador y que actualmente es sede del Museo Nacional de Cerámica, el bastión defensivo de la Kechla que guardaba la ciudad, la avenida principal, la Plaza de la Independencia, la Rue du Souk que atraviesa la medina, la Capilla Portuguesa que es lo que queda del coro de la Catedral gótica de Santa Catalina, edificada a principios del siglo XVI y el Castillo del Mar (ksar el Bhar), un extraordinario exponente de la arquitectura militar, construido por los portugueses.
Al final de la Rue du Souk se encuentra la Bab Chaaba, la puerta que da salida al recinto amurallado. A la derecha está la Colina de los Alfareros (es especialmente afamada la cerámica de Safi), en el que encontraremos talleres donde aún se sigue el proceso tradicional de elaboración de cerámica. La arcilla de la región es de especial calidad. La mayor parte de las tejas de los edificios de Marruecos proceden de Safi. Desde la colina del barrio de los alfareros hay unas vistas magníficas de la ciudad.
Tras este recorrido a pie haremos otro en coche por las playas de Safi, como la de Souira Kedima, en nuestro camino hacia Essaouira, aunque también veremos antes de entrar en Safi desde Oualidia, tras pasar el cabo Bedouza, la espectacular playa Bedouza.
En verano tiene lugar en la ciudad la Fiesta del Mar.
Llegaremos a primera hora de la tardea Essaouira, donde haremos noche.
DÍA 4.- ESSAOUIRA.
Essaouira, es mejor conocida por su antigua denominación MOGADOR, una palabra evocadora, en el imaginario colectivo, de una atmósfera de misterio y exotismo, de aventuras de piratas y filibusteros. Es una ciudad costera de la costa atlántica, al norte del cabo Sim, situada sobre una península baja y estrecha, con una economía basada principalmente en las actividades pesqueras y turísticas. Es una de las ciudades más fascinantes de la costa atlántica.
La visita ineludible en esta ciudad es la medina de Essaouira, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2001. Quizá sus calles y trazados os resulten familiares porque esta ciudad fue escenario del rodaje de la tercera temporada de la famosa serie Juego de Tronos. La medina tiene un encanto especial, es una de las más bonitas de Marruecos.
Pasear por sus tranquilas calles de casas encaladas rematadas por puertas y ventanas de intenso color azul ornamentadas con detalles de filigrana sin sentir la presión del tiempo, sólo dejándose llevar por el sonido del viento, los ecos de la música gnawa y el repiqueteo de las olas que golpean las murallas es toda una experiencia que nos habla de tiempos pasados que quizá fueron mejores, pero con todo, Essaouira es uno de esos lugares que quedan anclados en el corazón y la memoria.
En el interior de la medina el corazón de la ciudad es la Plaza de Mulay el Hassan, una plaza muy concurrida y llena de encanto, donde podrás aprovechar para disfrutar de un café o de un té en alguna de las muchas terrazas.
La ciudad moderna se fundó en 1760 cuando el Sultán de la dinastía alauita Sidi Mohammed Ben Abdallah decidió crear un puerto en este emplazamiento que compitiera con el puerto de la ciudad de Agadir, que no acababa de controlar. Se encargó el proyecto urbano de la nueva ciudad a un ingeniero prisionero de origen francés, Theodore Cornut, que la estructuró conforme a criterios urbanísticos europeos, de ahí que la medina tenga un trazado europeo en forma de cuadrícula y las calles sean rectas y amplias, a diferencia del resto de las medinas del país. Precisamente de este hecho se deriva el nombre actual de la ciudad, Essaouira, que significa “la bien diseñada”. Essaouira acabó por ser el gran mercado al que acudían los comerciantes europeos y las caravanas procedentes del Sáhara.
Dentro de la Medina, merece la pena recorrer la calle Siaguin, donde trabajan los orfebres de la plata y la calle de Mohamed Ben Abdala, una calle comercial con numerosas tiendas que termina en el antiguo barrio judío (la Mellah).
Encontrareis muchas galerías de arte, restaurantes y cafeterías y tiendas de artesanos. Son reputadas la orfebrería en plata y los trabajos en madera de huya, cedro y ébano.
Frente al puerto, destaca la fortaleza de la Skala du Port, construida en la época del dominio portugués. Los portugueses establecieron en esta costa una avanzadilla militar y comercial. En 1506 construyeron el puerto y la fortaleza, que cuenta con dos torres defensivas, que permitían defender la ruta marítima y controlar la zona del puerto y la isla de Mogador. Desde ellas se tienen las mejores vistas de Essaouira. Sobre el muro almenado se alinean antiguos cañones españoles. El puerto es hoy en día el lugar más animado de la ciudad.
La ciudad nueva se extiende a las afueras de la muralla, con un paseo marítimo al sur y al este de la medina, donde se aloja una gran playa de arena fina con vistas a la bahía, donde poder realizar muchas actividades, como el sur, paseos a caballo, dromedario o en quad. En toda la franja costera, con frecuencia, soplan los vientos alisios, por ello la zona es idónea para la práctica del windsurf, siendo un punto de encuentro habitual de los amantes de este deporte. Otra de las actividades que se pueden realizar es la visita a la isla de Mogador en un barco turístico que bordea su costa. La isla de Mogador también se la conoce como Íles Purpuraires, lo que se traduce al español como islas púrpuras. El motivo es que durante las épocas fenicia y romana existía una factoría donde se obtenía la púrpura, un tinte que se extrae de un gasterópodo y que abundaba en sus costas. Hoy en día, es una isla deshabitada, que no se puede visitar sin autorización oficial y que es una reserva natural, hogar de los halcones de Eleonora, de abril a octubre.
DÍA 5.- ESSAOUIRA- SIDI KAOUKI- CABO SIM-CABO RHIR- TAGHAZOUT.
A unos 25 kms de Essaouira encontramos la conocida Sidi Kaouki, una antigua aldea de pescadores hoy en día transformado en un reducto hippie y algo bohemio.
La playa, kilométrica y casi virgen, es muy conocida por los amantes del surf porque los vientos alisios, que soplan allí con mucha frecuencia, lo hacen ideal para la práctica de este deporte.
También es muy visitada por los marroquíes porque Sidi Kaouki es la playa más cercana a la ciudad imperial de Marrakech.
Sobre un promontorio rocoso un edificio blanco recuerda que éste es un lugar de peregrinación. En esa pequeña construcción se encuentran los restos mortales de un santo sufí conocido por sus poderes sanadores cuyo nombre dio lugar a la población.
Realmente Sidi Kaouki es un oasis de paz, con ambiente chill out.
DÍA 6.- TAGHAZOUT-IMMOUZER (EL VALLE DEL PARAISO)-AGADIR.
Tagazhout, junto con Sidi Kaouki es parada obligada por hacer un “surf safari”. Es una agradable localidad de pescadores que progresivamente va siendo ocupada por extranjeros que enamorados de lo que ofrece una vida tranquila en contacto con la naturaleza y el mar fijan aquí su residencia temporal, aunque sigue manteniendo la esencia de su espíritu local. Haremos un breve recorrido por la Bahía de Taghazout y estaremos una hora por el pueblo, porque el plato fuerte del día de hoy es el Valle del Paraíso.
A poco más de cincuenta kilómetros de Taghazout hacia el interior, una carretera estrecha que sigue un rio de montaña, el Asif Ankrim, bordeado por maravillosos cañones nos conduce hasta el Valle de Tifrit, de extraordinaria belleza, de ahí el nombre por el que también es conocido : El Valle del Paraíso. Numerosas lagunas y remansos del río donde bañarse en un paisaje dominado por montes calcáreos, ricos en fósiles, cubiertos de palmeras, tuyas, olivos, almendros, campos de azahar y arganes. Una auténtica experiencia para los sentidos que nunca olvidaréis. Pasaremos la mitad de la jornada disfrutando de su bello y agreste paisaje.
Tras el almuerzo nos dirigiremos a la localidad de Imouzzer, ciudad bereber asociada a la tribu de los Ida Outanane. Visitaremos las piscinas naturales de la Gargante del Assif Tamraght y las cascadas del Uadi Tinkert, que sólo tienen caudal en invierno y que descienden sobre paredes de rocas calcáreas de blanco inmaculado, por ello, se llama a estas cascadas “velo de novia”. Pocos kilómetros al sur se encuentran las cascadas de Ait Lahasen.
Si el tiempo nos lo permite, visitaremos la pintoresca aldea de Talmat, donde se encuentran los restos de un “agadir”, el Agadir Igher Gharene. Os recomendamos consultar la sección de arquitectura de la página, donde encontraréis información detallada sobre estos típicos graneros comunales que son los agadires, una construcción propia de la arquitectura bereber.
Tras esta intensa jornada regresaremos a Marrakech.
DÍA 7.- MIRLEFT- LEGZIRA
En el día de hoy, la cosa va de playa….
Oír hablar de Marruecos es imaginar zocos con puestos de especias de exóticos olores, colores intensos, desierto, pero como hemos visto a lo largo del viaje hay otro Marruecos, el que es un paraíso para surfistas, aficionados a la pesca y amantes de la naturaleza.
Recorreremos las playas del litoral del sur Atlántico, desde Agadir a Tan Tan, y haremos paradas para bañarnos en ellas y disfrutar también de un momento de relax y de la puesta de sol.
Empezaremos por la playa de Mirleft, situada en la desembocadura del Oued Salgemag, que tiene unas preciosas vistas al mar y a las montañas. La playa es pequeña, de arena fina y rodeada de grandes montes.
A apenas 20 kms nos encontramos una de las playas más conocidas de Marruecos, la playa de Legzira, famosa por su arquitectura natural, unos arcos de piedra de arenisca roja que el agua y los vientos alisios se han encargado de formar, que también modelaron una roca que figura a un león en el mar. Es una playa sencillamente formidable. Lo mejor es visitarla con la marea baja.
Disfrutaremos de la puesta de sol desde este enclave tan mágico.
DÍA 8.- MIRLEFT-TAN TAN- PARQUE NATURAL DE WADI CHBIKA-TAN TAN
Tan Tan también es conocido por su famoso Mousse, que se celebra en mayo-junio. Está declarado como patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO. Es un encuentro anual de pueblos nómadas del Sáhara que agrupa a más de treinta tribus del sur de Marruecos y de otros pueblos del noroeste de África. El festival es una manifestación de diferentes expresiones culturales de las comunidades beduinas que tienen por fin asegurar la supervivencia de sus tradiciones, música, danzas tradicionales, teatro, artesanía, poesía, cuentos y tradiciones orales hasaníes, hoy amenazada por los cambios en el modo de vida de estas comunidades debido a los cambios económicos y técnicos en toda la región. Muchas de estas comunidades se han visto presionadas para llevar un modo de vida sedentario. Se realizan unas famosas carreras de caballos y de camellos.
A cincuenta kilómetros de Tan Tan, por la carretera de Tarfaya, se encuentra el Parque Natural de Wadi Chbika, donde realizaremos un pequeño safari para observar a mamíferos como el chacal, el gato montés o la hiena, así como a los cormoranes, flamencos y otras aves migratorias en medio de un paisaje espectacular, en el que las playas se intercalan entre los acantilados y las dunas desérticas se encuentran con el océano.
Ya en este final de viaje la travesía es más tranquila, destinada a disfrutar del mar, del baño en las playas, de la práctica del windsurf, etc…
Noche en Tan Tan, en un precioso riad donde disfrutaréis de una deliciosa cena.
DÍA 9.- TAN TAN-VALLE DE AMTOUDI-TIZNIT
El Valle de Amtoudi, situado en la región del Anti Atlas, suele estar fuera de las rutas tradicionales. Es un paisaje desértico en el que la frondosidad de los palmerales, olivos, almendros y granados se funde con la rudeza de la roca calcárea desnuda de riscos y montañas y se respira la tranquilidad que causa un espacio situado al margen de la tiranía del tiempo.
Estamos en la zona de un extraordinario patrimonio arquitectónico de la cultura bereber: los agadires.
Los agadires son graneros fortificados comunitarios, propios de la zona del Anti Atlas. Los más antiguos datan del siglo XV. Por desgracia, muchos de estos agadires están actualmente en estado de abandono, pero aún algunos siguen en funcionamiento
Se cree que los agadires aparecieron cuando las tribus bereberes nómadas que habitaban en las montañas abandonaron el nomadismo y se tuvieron que enfrentar a la necesidad de tener que proteger de los saqueos, que eran frecuentes, sus alimentos y cosechas. La comunidad tomaba la decisión de su construcción en asamblea vecinal, todas las familias realizaban aportaciones en función de sus necesidades y posibilidades y a cambio se le asignaba una habitación para almacenaje dentro del agadir en función de su contribución. Principalmente se almacenaba el grano de las cosechas, que se mantenía en un buen estado de conservación durante bastante tiempo, la cebada podía durar 25 años, las almendras o las nueces del argán hasta 30 años, pero también se guardaban armas, documentos,
joyas, armas, miel, aceite etc…Las familias propietarias del agadir pagaban el salario de un cuidador (amin)que lo custodiaba durante todo el año, de día y de noche y que daba la voz de alarma si detectaba algún movimiento
inusual que anunciase un ataque de las tribus nómadas del desierto que buscaban alimentos en los periodos de sequía severa.
En las poblaciones del sur se construían en lo alto de promontorios rocosos de difícil acceso, ya que esa ubicación facilitaba su defensa. Este tipo de agadires se adaptaban a la forma de la cumbre donde estaban construidos, como si fueran una continuación de la misma, se mimetizaban, con la finalidad de que pasaran desapercibidos. Como normalmente no había mucho terreno donde construir, crecían en vertical. Un ejemplo de este tipo de agadires son los de Amtoudi id Aissa, Tadakoust, Aguelluy, que iremos a visitar.
Otros de los atractivos son los yacimientos de grabados rupestres en las inmediaciones de Amtoudi. A un kilómetro en la llanura que da entrada a Amtoudi, situada en un cañón, los grabados, hechos con la técnica del punteo, nos hablan de otro tiempo en que las condiciones climáticas y el ecosistema eran muy distintos a los actuales y, así, aparecen representados antílopes, búfalos, elefantes, cazadores.
A primera hora de la tarde, nos pondremos de camino a Tiznit, un oasis en mitad del desierto, donde pasaremos la noche.
Tiznit fue fundada en 1882 por el sultán Moulay Hassan I, como un puesto defensivo desde el que controlar las tierras del interior por su estratégica ubicación. Está cercana al mar, sólo quince kilómetros la separan del océano y, de otro lado era zona de paso de la ruta comercial que une las poblaciones del desierto con Essaouira, ciudad con la que guarda cierto parecido. El recinto amurallado que rodea la medina recuerda a la de la ciudad de Essaouira. La medina se divide en cuatro barrios alrededor de la llamada fuente azul, de gran importancia en la ciudad por cuanto es su agua la que permite el riego de los jardines que dan fama a la ciudad.
La ciudad es pequeña, pero a menudo sorprende a quien la visitan porque no esperan la belleza que aguarda en su interior. Lo mejor es recorrer tranquilamente sus tranquilas calles y buscar los edificios que dan carácter a la ciudad: El zoco de los joyeros, la Plaza del Méchoir, el Palacio del Califa (Qars el Khalifi) y la gran mezquita y, sobretodo, dejarse llevar por el ambiente. Si tenemos la suerte de recalar aquí los jueves, es el día de mercado, que es bastante conocido por toda la comarca. La especialidad de Tiznit es la orfebrería en plata, aunque también es famosa su menta fresca y destaca la calidad de su aceite de argán y oliva.
DIA 10.- TIZNIT-MARRAKECH
Tras el desayuno, regresaremos a Marrakech, donde podréis pasar un tiempo libre, si es que decidís aprovechar para pasar unos días en esta ciudad tan conocida o, en otro caso, os trasladaremos hasta el aeropuerto para tomar el avión que os lleve a vuestra ciudad de residencia.
Fin de nuestros servicios.
El circuito INCLUYE:
- Traslados de llegada y salida de su hotel/riad.
- Transporte durante todo el recorrido en vehículo privado de alta gama con aire acondicionado y conductor guía acompañante de habla hispana.
- Visitas detalladas en el programa.
- Alojamiento en Riad u hotel, en régimen de alojamiento y desayuno, salvo contratación de media pensión (desayuno y cena).
- Tiempo libre para recorrer las visitas detalladas en el programa, así como las paradas que se soliciten para pasear o realizar fotos.
El circuito NO incluye:
- Vuelos internacionales.
- Bebidas.
- Propinas de visitas.
- Almuerzo de medio día.
- Entradas a museos y monumentos históricos.
- Todo lo NO especificado en “el precio incluye”.